EL ADIVINO INMOBILIARIO

"En menos de tres meses yo le vendo su casa..."

"Ya le tengo al cliente...fírmeme aquí..."

Estas dos frases son las preferidas de los coyotes inmobiliarios, y a menos que el sujeto que se atreve a decírselas, le presente a Usted una cédula profesional o licencia de adivino, y le saque su "bolita de cristal" ("Made in China", pero comprada en Tepito ) ...le sugiero a Usted Sr. Propietario, tener máxima precaución antes de contratarlo.

La audaz y temeraria actitud que estos individuos e "individuas" asumen frente a una casa que está en venta, solamente deja ver que son personas recién desempleadas, divorciadas, divorciados, viudas o viudos, y que aunque la intención es absolutamente honesta y lícita, el resultado final puede ser funesto.

Definitivamente se vale intentar buscar un trabajo honrado y que sea dentro de lo legal, sin embargo no se puede USURPAR de la noche a la mañana, una profesión que requiere años de trabajo y experiencia, y que hoy ya está en el registro de profesiones de la S.E.P.

Revisemos porque estos personajes intuyen y saben que esas dos frases y algunas otras parecidas, les darán eventualmente algún resultado en el objetivo de "agarrar" alguna casa en venta...

Hemos comentado en artículos anteriores la importancia de que el propietario sea el primero que ponga la muestra de ser profesional, antes de contratar a cualquier empresa o persona física que se presuma de ser profesional, pues un propietario improvisado no podrá reconocer a un corredor improvisado de uno que sea experimentado, y por lógica tendrá un resultado de alto nivel de riesgo patrimonial.

La frase de " En menos de tres meses yo le vendo su casa... " es por su naturaleza muy motivadora, y puede moverle el tapete muy fácilmente a cualquier propietario que tenga cierta prisa en vender, y un propietario que decida tomar el camino de la improvisación, es decir contratar a un improvisado, sentirá y pensará que este corredor "si la va a hacer "...

No dudará en firmarle cualquier "cartita de pago de comisión " pues es preferible firmar un documento sencillo que algún contrato "LEONINO" de alguna inmobiliaria.

Esta "cartita" es el primer gran problema en el que va a incurrir el propietario, pues para conocimiento del público en general, este documento puede ser la antesala de los tribunales, y de un litigio interminable, pues en mi muy particular punto de vista, no puede haber nada mas leonino que lo NO PREVISTO.

Un contrato formal y bien detallado, es la posición clara y transparente que asume el proveedor de servicios inmobiliarios frente a su cliente, y "la cartita" es la postura indefinida y obscura que permite a cualquiera de las partes fallar, con o sin propósito, a su contraparte.

Y regresando a las frases, es de suponerse que "El Adivino Inmobiliario" conoce el futuro, y quizás es descendiente directo de Nostradamus, con capacidades extrasensoriales para conocer el día y la hora de la compraventa, así como el nombre y apellidos del comprador.

No obstante lo anterior, no faltará quien le crea a "El Adivino Inmobiliario", pero antes de que esto suceda, prefiero explicarle al dueño de la casa en venta o en renta, cual es el verdadero proceso para cerrar una operación.

Son cinco pasos a saber:

1) Publicidad que genera llamadas... 2) Llamadas que generan citas... 3) Citas que generan ofertas... 4) Ofertas que conducen a la venta final... y 5) La venta.

Si usted es un propietario profesional que desea calificar detalladamente a sus candidatos-corredores, que puedan ser los finalistas para la venta de su casa, lo invito a realizar una tabla comparativa donde mas que calificar si traen bolitas de cristal dentro del portafolio, califique usted que le ofrecen en cada uno de los cinco pasos del proceso de venta.

Y finalmente la frase número dos, es decir: " Ya le tengo al cliente...fírmeme aquí...", es la más pintoresca de todas, pues significa que un individuo que aún no ha visto la casa, es el candidato definitivo, y que seguramente "El Adivino Inmobiliario" ya le contagió de su cualidades extrasensoriales, y por supuesto este comprador la va a comprar sin verla, pues ya la debe de conocer en uno de sus tantos "viajes a la cuarta dimensión"...

En conclusión Sr. Propietario, me permito recomendarle dos formas de vender su casa:

1) Una mesa redonda con una bolita de cristal al centro, en un cuarto con las luces apagadas, y tomados de la mano con su flamante corredor, invocando el espíritu y presencia de su futuro comprador, y firmar "cartitas"...

2) Iniciar un proceso profesional de selección de su futuro corredor.

Claudio Márquez Passy

 

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